El cólera llega hasta la capital de Haití, y se extenderá "como reguero de pólvora"
Hace cincuenta años que no se veía el cólera en Haití; pero los haitianos cuyos sistemas inmunológicos están tan deprimidos debido a la falta de sanidad, agua potable, vivienda y otros servicios esenciales, después de los terremotos, están indefensos contra el cólera. Hasta la fecha han sido hospitalizados 2,400 personas y han muerto 250, pero la tasa de mortandad está creciendo rápidamente, y podría alcanzar números "asombrosos", advirtió un experto. La situación en St. Marc, y en muchos otros hospitales y clínicas rurales, han rebasado las capacidades locales hospitalarias y de salud.
Es más, toda la región Caribe es vulnerable. El gobierno de Jamaica está en máxima alerta, intensificando las actividades de vigilancia y de monitoreo, en particular en los puertos de entrada, y advirtiéndole a la gente que cancelen sus viajes no esenciales a Haití. Dadas las condiciones de vida en la región, y la prevalencia de otras enfermedades infecciosas, como el dengue, la población del Caribe está en un estado debilitado. La República Dominicana tiene una preocupación inmediata, dado que comparte la isla de Hispaniola con Haití.
Las respuestas de las ONG extranjeras, las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, etc., son una locura: se basan en campañas informativas para recomendar "buena higiene", lavarse las manos, etc., en una situación en que la población se encuentra hacinada y los suministros médicos son lastimosamente inadecuados. De lo más sicótica fue la declaración de la Secretaria General adjunta sobre Asuntos Humanitarios y subcoordinadora de Ayuda de Emergencia de la ONU, Catherine Bragg, quien usó su informe del 23 de octubre sobre su reciente viaje a Haití para jactarse de qué tan exitosos han sido las operaciones de ayuda, a pesar del brote. Mientras se extendía la enfermedad, Braggs reportaba que "se cumplieron todos los objetivos y blancos estratégicos establecidos para aportar la ayuda humanitaria para salvar vidas". Tiene el descaro de afirmar que "el albergue que se les ha suministrado —carpas, sábanas y algunas tiendas de campaña— "se mantuvo firme" muy bien!
No se puede hacer frente a este desastre, si no es con una movilización total de las capacidades militares, incluyendo el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense. Se requieren en cantidades grandes servicios sanitarios, sistemas de purificación del agua y una relocalización inmediata de los 1,5 millones de personas sin vivienda en las afueras de la capital. Cualquier cosa que no sea esto, es genocidio.
Predeciblemente, la Casa Blanca de Obama no ha dicho nada sobre la situación. Desde el Departamento de Estado estadounidense, el vocero P. J. Crowley dijo simplemente que "estamos proporcionando alguna rehidratación oral, equipo de tratamiento salino. Estamos ayudando con una intensa campaña informativa de salubridad pública sobre higiene y agua salubre adecuada. Así que yo creo que todos están trabajando de modo agresivo porque entendemos el peligro potencial que plantea este brote".